sábado, 11 de agosto de 2012

AÍNSA Y LA NARRATIVA NÓMADA LATINOAMERICANA

Por Eduardo García Aguilar


Un libro de lectura necesaria en los departamentos de literatura de las universidades y los medios literarios latinoamericanos será tal vez desde ahora el del ensayista Fernando Aínsa, "Palabras nomadas. Nueva cartografía de la pertenencia", recién publicado en Madrid en la colección La Crítica practicante por la editorial Iberoamericana Vervuert, donde el autor se pone en la tarea de investigar lo que ha pasado en la narrativa latinoamericana en los ultimos 30 años, de 1980 a 2012, después del fin del llamado "boom".


A partir de la lectura de cientos de novelas y libros de relatos de autores latinoamericanos en activo, en especial de las nuevas generaciones nacidas a partir de los años 50, o sea desde la generación de Robero Bolaño en adelante, Aínsa nos muestra que el panorama general cambió y los paradigmas y cánones dominantes fueron superados, tales como las literaturas nacionales o continentales que representaron durante décadas la orgullosa identidad de países o regiones afirmados ante el mundo por medio de revoluciones y contrarrevoluciones, entre himnos nacionales y retóricas que al unísono fracasaron, dejando un reguero de sangre y millones de tumbas inútiles.


Con el fin de esas literaturas patrióticas o continentalistas, que nutrían los orgullos identitarios en tiempos de guerras frías o calientes, se difuminaron también los patriarcas de la tribu, los "maestros de la juventud" y los escritores "padres de la patria" o héroes nacionales, en quienes todos se identificaban y a quienes se rendía pleitesía y se construían estatuas como a santos. El modelo era el escritor romántico y guerrero, como Martí, mucho mejor si moría en la trinchera como un mártir.


Antes, en el siglo XIX y comienzos del XX, estos padres de la patria eran ley y el sueño de todo autor era convertirse en uno de ellos y que su nombre terminara en plazas, colegios, edificios, avenidas o aeropuertos. Así como los héroes románticos buscaban la gloria independizando países y creando Constituciones como Bolívar y los héroes de la guerra fría la buscaban muriendo como el Che Guevara en la montaña, haciendo la revolución, los autores soñaban con llegar a ser algún día el engolado patriarca venerado por sus compatriotas o los habitantes de hispanoamérica entera.


Personajes como José Vasconcelos, Rómulo Gallegos, Miguel Angel Asturias, Pablo Neruda, Octavio Paz, Gabriel García Marquez y Mario Vargas Llosa fueron los últimos fulgores de ese escritor nacional o continental convertido en una deidad infalible, que todo lo sabía, tronaba desde los aires como Zeus, y a la que se le prendían velas e incluso podía llegar a ser candidato presidencial como Vasconcelos, Gallegos, Neruda o Vargas Llosa.


Al lado de ese escritor oficial, embajador o candidato, encorbatado y estatuario, también figuraba el modesto escritor provinciano de "Nuestra América", una América idealizada que se afirmaba mientras el mundo viajaba aceleradamente hacia el cosmopolitismo, el fin de las fronteras y cuando el viaje y la comunicación, antes escasas y elitistas, se banalizaban y se convertían en la moneda corriente dominante, con la masiva migración proletaria hacia las potencias, donde el marginal chicano, peruano, centroamericano o colombiano rehacía su vida e incluso llegaba a altas posiciones o a generar un gran poder cultural como en Estados Unidos.


Ese ídolo nacional o continental se derrumbó en estos 30 años analizados por Aínsa y con él la literatura engolada, retórica, el escribir bonito y bien, de manera positiva y patriótica, grave, por lo que se dijo adiós a los escritores encorbatados, solemnes, condecorados, listos en cualquier momento a cantar los himnos nacionales y a morir aplastados por las condecoraciones y los grados honoris causa.


Toda esa era terminó con el Nóbel hace dos años a Vargas Llosa, que, como escribió el mexicano Jorge Volpi en la revista Nexos, fue como la caída de una enorme lápida de mármol sobre la literatura continental.


En su lugar se instaló la ironía y el humor, y triunfó como representante máximo generacional un autor muerto y antinacional, un antihéroe surgido del margen de todos los márgenes, el increíble chileno Roberto Bolaño, quien se resiste pese al mito a subirse a las estatuas y a los nombres de avenidas y plazas. Los escritores ya no se reivindican como latinoamericanos ni cargan obligatoriamente a su patria y escriben una literatura nómada.


Dice Aínsa que "la palabra solemne y responsabilizada del pasado, cede el tono grandilocuente, cuando no retórico de que se creía investida, a la crónica burlona y desacralizada de la aventura del latinoamericano en el mundo".


Y agrega que en estas obras de las nuevas generaciones "se adivina el rumbo de una narrativa cuyas reivindicaciones tradicionales parecen haber sido desmentidas por una historia que ya no se escribe con mayúscula y que se encara desde una perspectiva más modesta, en todo caso aceptando su intrínseca complejidad y preconizando una voraz integración antropológica del rico acervo cultural del continente en abierto intercambio con el resto del mundo".


En el excelente y completo libro de Aínsa se abordan todas esas nuevas literaturas latinoamericanas, donde ingresan los temas musicales y delincuenciales abordados por mexicanos y colombianos, hasta los asuntos excéntricos, ultraliterarios y paródicos en boga en México, Argentina y el Cono Sur en general, cuando no la recanibalización y relectura de las capitales literarias mundiales como París y Nueva York, que son bajadas del mito cortazariano a la terrenalidad de un siglo XXI, acelerado por el viaje y la red internet.


El desgaste de la literatura política, el nuevo cosmopolitismo, las capitales de la diáspora, la pérdida de los referentes nacionales y el viaje permanente en un mundo globalizado, son algunos de los temas fascinantes que con lucidez, ironía y amenidad aborda Aínsa en este libro necesario en medio del caos crítico reinante en las últimas décadas ante una literatura a veces inasible y centrífuga.


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Aínsa, Fernando. Palabras nómadas. Nueva cartografía de la pertenencia. Colección La Crítica practicante. Editorial Iberoamericana Vervuert. Madrid-Frankfurt. 220 pp. 2012